El término marino gaviero designa al marinero encargado de otear el horizonte desde la gavia de una nave, el primero en cantar tierra, y Luque lo ha empleado en femenino plural para trazar “muchos retratos de mujer cuyas líneas, sumadas, dibujan el autorretrato de la poeta” según Juan Antonio González Iglesias, ganador de este premio en 2007.
“Este libro va de gavieras, de mujeres andariegas, nómadas, flâneuses, que antes no ocupaban los caminos, los senderos, los itinerarios, y ahora nos interesa acompañarlas, en mi caso con mi admiración y mis poemas”, ha explicado la autora. Una de sus protagonistas, “de las menos conocidas”, es Poemenia, que en el siglo IV viajó en un barco de su propiedad hasta Egipto y en Alejandría contrató naves para remontar el Nilo.
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Sola en casa
Ya sólo soy fragmentos, piezas sueltas de mí,
pero no soy la mano que me une.
En la pantalla el mundo
me grita cuarteado,
feliz, amargamente,
cítricamente luminoso
con su necia alegría de refresco.
Sólo soy mis fisuras.
También el mundo es sólo sus fisuras.
De "Camaradas de Ícaro" 2003
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